Entrevistamos a Viviana Castro, especialista en neurodesarrollo, logopeda y diplomada en neuroeducación y psicología. Desde hace tiempo, acompaña y asesora a familias en el mundo del homeschool, brindando apoyo terapéutico y pedagógico adaptado a las necesidades de cada niño. Su enfoque integral incluye terapia de lenguaje, refuerzos neurocognitivos y gestión emocional, promoviendo un aprendizaje inclusivo y basado en la evidencia.
Esperamos que disfrutéis de la entrevista.
¿Cuáles consideras que son las estrategias más efectivas para introducir a los niños en el proceso de lectoescritura?
Una de las estrategias más efectivas es empezar con la conciencia fonológica, es decir, ayudar a los niños a identificar el sonido de las palabras antes de enseñarle las letras. También es clave utilizar material visual atractivo como libros ilustrados, las letras en diferente textura, tamaño o color.
Además, los juegos de rimas, las canciones, la lectura en voz alta, son fundamentales para que el niño relacione los sonidos con las palabras de forma natural.
¿Qué papel juegan los padres en el momento de la lectura y la escritura?
Bueno, el papel de los padres es fundamental en este proceso. Si los niños ven que sus padres leen y escriben con frecuencia, y no solamente de forma digital, es más probable que ellos también lo hagan.
De igual modo, crear rutinas de lectura compartida, hacer preguntas sobre cuentos, dejar que el niño explore los libros a su propio ritmo, ayudará a fortalecer el interés. Paralelamente, es importante brindar oportunidades para que los niños escriban en contextos cotidianos, como por ejemplo, ayudar a escribir la lista de la compra, o de las cosas que faltan por hacer, o la lista del día de actividades.
Asimismo, pueden escribir tarjetas familiares. ¡Esta es una actividad que les encanta!
¿Cuáles son los problemas más comunes que enfrentan los niños al comenzar a aprender a leer y escribir, y cómo se pueden abordar?
Uno de los problemas más comunes es la confusión entre letras similares. La direccionalidad, por ejemplo, la B con la D. Para esto es útil utilizar recursos visuales y táctiles, como letras de fieltro, actividades de trazo en arena y en diferentes texturas.
También puede haber dificultad en la conciencia fonológica, es decir, que no identifica el sonido dentro de la palabra. Ejemplo barco/tarco. Esto sucede mucho cuando hablamos muy rápido frente a ellos e imitan nuestro modo vocal, nuestra modulación comunicativa. Es decir, que altera totalmente la transcripción de la palabra.
En estos casos los juegos de segmentación de palabras y las canciones pueden ayudar. Otro problema frecuente es la falta de interés, que se puede abordar utilizando temas que le gustan al niño, escuchándole y permitiéndole elegir sus propios libros o temas de interés.
¿Podrías compartir algunos trucos o actividades prácticas que faciliten el aprendizaje de la lectoescritura en casa?
Por supuesto. Algunas actividades son muy efectivas, como jugar con plastilina para formar letras y palabras, utilizar tarjetas con imágenes para reforzar la relación entre el sonido y la escritura. No solamente escribir y escuchar sino, relacionarlo con una imagen es clave en el momento de la lectoescritura.
Leer cuentos y pedirle al niño que invente finales alternativos hacen muy atractiva la historia y, sobre todo, más dinámica. Otras ideas son hacer dictados divertidos, como escribir en arena, en pizarras mágicas o hacer carreras de dictados.
También les gusta mucho utilizar canciones con rimas para reforzar esa conciencia fonológica y sobre todo modular. Recuerda que, si tú hablas muy rápido y tu niño tiene dificultades en la conciencia fonológica, no va a identificar el sonido.
En tu experiencia, ¿qué características deben tener los materiales didácticos para ser atractivos y efectivos para los niños en esta etapa?
Los materiales deben ser llamativos y fáciles de manipular.
Es importante que tengan colores vibrantes, ilustraciones atractivas y textos simples. Igualmente, los libros con estructuras repetitivas ayudan a los niños a anticipar lo que viene y les da confianza. Los materiales multisensoriales, como las letras en relieve o imanes para formar palabras, también son muy útiles porque permiten un aprendizaje más interactivo.
¿Cómo se puede identificar si un niño está teniendo dificultades específicas en la lectoescritura? ¿Y cuál sería el mejor enfoque para ayudar?
Si un niño evita la lectura o la escritura, muestra frustración con facilidad o no avanza en el reconocimiento de letras y sonidos, es importante prestarle más atención.
Paralelamente, puede haber señales de frecuente confusión con las letras, dificultad para separar palabras en sílabas o incluso frases cortas, o problemas para recordar las palabras que ha leído o visto antes.
La mejor forma para ayudarlo es reforzar la práctica con juegos, evitar la presión, evitar tu frustración como madre o padre, controlar y contener esas emociones. Además de buscar apoyo terapéutico si los problemas persisten. Muchas veces la dificultad radica en la estrategia del aprendizaje.
¿Qué consejos darías a los padres para crear un ambiente de aprendizaje que inspire amor por la lectura y la escritura?
Bueno, lo más importante es que la lectura no se vea como una obligación, algo por cumplir, sino como un momento de disfrute. Se puede crear un rincón de lectura en casa, que visualmente sea atractivo, por ejemplo, con cojines y una estantería con libros accesibles. Esto puede motivar mucho al niño a estar ahí. Y si está ahí, evidentemente va a ojear libros, no necesariamente los tiene que leer todos. Con que ojee y los utilice en su juego, solito, en su juego autónomo, va a ser muy bueno. Igualmente es clave leerles cuentos desde pequeños, hacer preguntas sobre la historia, permitirles elegir los libros, los que más les llaman la atención, integrar la lectura y la escritura a la vida diaria, como ya hemos dicho.
Por ejemplo, para preparar una receta nueva, tenemos que buscar la receta, leer la receta y tomar notas para poderlo hacer. Otra idea es escribir notitas cariñosas en casa: para papá, para mamá, o de tus padres; ello, también lo fomenta.
Una actividad que yo les recomiendo mucho a los papás es el buzón. El buzón es un espacio dentro de casa, donde se dan cartas, se meten al buzón, mamá tiene uno, papá tiene otro, los hijos tienen otro más. Y entre todos se dejan notitas que muchas veces no pueden verbalizar por temor, por vergüenza, pero sí las pueden escribir. O si son muy pequeñitos, dibujar. Todo suma para hacer que la lectura sea un hábito natural.
Muchísimas gracias por tus recomendaciones Viviana. Ha sido un placer conversar contigo y nos llevamos buenas ideas para poner en práctica.
¿Cómo ayudas o ayudaste en el proceso de la lectoescritura de tus hijos? ¡Estamos deseosos de saberlo!