Ya os comentamos que dentro de nuestra Comunidad Global de Aprendizaje hay muchas formas de entender el mundo y la educación. Así desde ese respeto y confianza en cada familia, Clonlara acompaña el camino de cada una de ellas.
Para el artículo de hoy os dejamos la experiencia de Mar y su familia, quienes educan según la pedagogía Waldorf.
Somos una familia gallega de cuatro miembros, tenemos una hija en 8º grado y un hijo en el último año, grado 12º. Nuestra experiencia con la pedagogía Waldorf va desde el minuto uno de nuestra aventura en educar y acompañar a nuestros hijos en su camino educativo.
En el año 2009, cuando nuestro hijo mayor cumplió 3 años, nos vimos obligados a ir a vivir a las Islas Canarias. Allí existen muchas escuelas Waldorf tanto de infantil como de primaria ya que hay un gran número de extranjeros europeos viviendo allí que han traído a Canarias ese tipo de enseñanza que es muy común en sus países.
La experiencia fue tan bonita y positiva a tantos niveles que no solo cambió la manera de educar a nuestros hijos, sino que yo misma hice la formación de 3 años para maestros en Pedagogía Waldorf. Esto me permitió que cuando mis hijos se hicieron mayores y tuvieron que empezar a asistir a escuelas públicas, yo continué acompañando, complementando y enseñando desde la metodología Waldorf en sus tareas y trabajos para casa.
Los motivos para elegir este tipo de pedagogía tienen que ver sobre todo con la visión que estas escuelas tienen del ser humano y en especial del desarrollo evolutivo del niño y de como enseñan todos los contenidos desde una conciencia más elevada. En palabras de Rudolf Stainer, creador de la pedagogía Waldorf “ Aplicamos los contenidos docentes como un medio para desarrollar correctamente las fuerzas anímicas y corporales del ser humano. No se trata de transmitir los saberes sino ponerlos al servicio del desarrollo de las facultades humanas”
Desde antes de ser una familia Homeschooling ya utilizábamos los fundamentos de la pedagogía Waldorf como herramienta para enseñar los contenidos curriculares obligatorios desde una visión más humana, más artística y más completa que lo que ellos recibían en la escuela pública en primaria. Y ahora educando en casa esta metodología encaja a la perfección en la filosofía de homeschooling. Los ritmos del día, de la semana, del mes y de la estación son una constante que acompaña al niño en su desarrollo, que le da seguridad en lo que le rodea porque puede predecir lo que viene después y además encaja a la perfección en la rutina de estudiar en casa y son la base para el proceso de aprender desde el alma y no desde la mente únicamente.
“ Solo a partir de los sentimientos y afectos que uno provoca en el niño ha de emerger la comprensión de lo que se le ha relacionado” , este es sin duda el mayor reto que se enfrenta como educador a la hora de enseñar. Según la pedagogía Waldorf son los propios sentimientos del que enseña lo que atraviesa al niño y le estimulan para aprender. Esto significa que como padres tenemos que apasionarnos y enamorarnos de todo lo que le enseñemos a nuestros e hijos, hayan sido nuestras asignaturas favoritas o no cuando nosotros éramos estudiantes y sobre todo de la acción misma de enseñarles.
“ El niño no ha de aprender las cosas de boca a boca sino de alma a alma” . Y lo que más conecta con ese alma es el arte. Cualquier contenido que se quiera mostrar a tus hijos debes hacerlo de un modo artístico, desde la belleza y la emoción que despiertan en el alma la música, la pintura, la narración de historias o la confección de artesanías con sus propias manos. Y a partir de ahí todo lo que se aprende debe ser bueno, bello y justo para su vida presente y para su camino futuro. Educar desde esta visión del ser humano no es solamente aportar conocimientos es aportar sabiduría de vida.
Para ello dependiendo de la edad de cada niño se introducirán los contenidos según las energías que resuenan con ese alma y también dependiendo de los temperamentos del niño. Así los más pequeños aprenden a leer y escribir con cuentos mágicos sobre seres elementales en el “camino de las letras” , más adelante con las fábulas de animales, y en los últimos años de primaria a través de las leyendas de Grecia y Roma. En los primeros años de Secundaria se trabaja desde los conocimientos de la Era de los Exploradores y de la Era de los Descubrimientos , hasta llegar a la edad moderna ya los conocimientos más actuales. Todo ello conectando todas las asignaturas entre sí y siempre desde el modo. más artísticos posibles. Poniendo la mayor energía, atención y dedicación allí donde cada niño tiene un don, una facilidad innata o mayor pasión y no sólo donde le cuesta más o tiene más dificultades.
No importa en la edad del niño, su cultura, país o religión, todos ellos aprenden por observación de la naturaleza que les rodea ya desde esa observación ellos crean sus conocimientos sobre lo que les rodea y también su propio pensamiento crítico sobre eso que ellos han vivido y que saben y sienten que es bueno, bello y justo para la naturaleza, para ellos mismos y para los demás.
Y cada día es una nueva aventura en la que el adulto que acompaña al niño simplemente le muestra los nuevos retos a descubrir pero es el niño el que desarrolla la manera de afrontarlo, el que elige qué considera importante sobre cada tema y el que vivencia y experimente todas las opciones hasta que llegue a la que le convenza más. De esta manera de aprender no existen los libros de texto sino que el niño configura los suyos propios que continuamente están en cambio y evolución porque les va añadiendo información a medida que se va dando cuenta de cosas nuevas, nuevos enfoques y conociendo las cosas más en profundidad.
Gracias Mar, por ayudarnos a entender y aprender sobre la pedagogía Waldorf y cómo la estás trabajando con tus hijos.