La adolescencia es una etapa intensa y transformadora, llena de descubrimientos, contradicciones y expectativas. Es una época en la que los chicos y chicas comienzan a preguntarse quiénes son, qué se espera de ellos y cómo deberían ser para sentirse aceptados. En ese proceso, no son pocos los que se exigen demasiado a sí mismos.
¿Qué dicen los datos?
Según el informe de UNICEF “El bienestar de los adolescentes en el mundo” (2021), más del 40 % de los adolescentes entre 14 y 18 años en países desarrollados sienten una presión excesiva por rendir académicamente. En España, el Barómetro Juvenil 2023 de la Fundación FAD también reveló que el 54 % de los jóvenes siente ansiedad con frecuencia, en gran parte por la presión de cumplir con estándares propios o ajenos.
A nivel mundial, la Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que los trastornos de ansiedad y depresión son la principal causa de enfermedad en adolescentes entre los 10 y 19 años. Esta realidad es aún más preocupante en América Latina, donde muchos jóvenes enfrentan además condiciones de alta presión social, económica y familiar.
En Colombia, la Encuesta Nacional de Salud Mental (ENSM) 2015 reveló que un 17.3 % de los adolescentes entre 12 y 17 años ha presentado algún trastorno afectivo o de ansiedad en su vida. Más recientemente, un estudio de Profamilia (2022) indicó que 1 de cada 3 adolescentes manifestó haber sentido tristeza, ansiedad o desesperanza en los últimos meses, y que la autoexigencia académica y la presión social son factores comunes en estos estados emocionales.
A nivel regional, el informe “La salud mental de los adolescentes en América Latina y el Caribe” (UNICEF, 2021) advierte que:
- Más del 50 % de los adolescentes en América Latina se sienten bajo una presión constante para tener éxito en la escuela y en redes sociales.
- Un 42 % siente que no puede hablar con sus padres o cuidadores cuando se sienten abrumados o frustrados.
Estas cifras no solo muestran una tendencia preocupante, sino también una gran oportunidad: abrir espacios de diálogo emocional y reflexión, tanto en casa como en la escuela o en espacios de educación alternativa.
¿Qué les pasa por dentro?
Durante la adolescencia, el cerebro está en plena reestructuración. Se activa con más fuerza la búsqueda de aprobación, la comparación social y el pensamiento idealista. Todo se vive con intensidad: un fallo puede sentirse como un desastre, y una crítica como una sentencia. A esto se suma el efecto de las redes sociales, donde todo parece perfecto y exitoso a simple vista.
Es muy común que, en este periodo, muchos adolescentes se conviertan en sus jueces más duros: se presionan por sacar buenas notas, tener un cuerpo ideal, ser buenos hijos, destacar entre sus pares… Y cuando no llegan, el diálogo interior se vuelve crítico, duro, incluso cruel.
¿Y qué pueden hacer los adultos?
Para madres, padres y educadores, este es un momento complejo: los adolescentes ya no son niños, pero todavía no son adultos. Es fácil malinterpretar su necesidad de independencia como desinterés, o su exigencia personal como madurez. Sin embargo, muchas veces lo que necesitan es justo lo contrario: un espacio seguro donde fallar sin ser juzgados, donde se les recuerde que valen por lo que son, no solo por lo que hacen.
Por eso, leer literatura que refleje esta lucha interna —la presión por encajar, el miedo a no dar la talla, el camino hacia una autoestima más flexible— puede abrir la puerta a conversaciones importantes. Leer sobre otros personajes que también se equivocan, que dudan, que se comparan… puede ser un espejo y, al mismo tiempo, una salida.
Una invitación a leer con empatía
Os proponemos una serie de libros y próximamente publicaremos una guía de reflexión que podréis utilizar con cualquiera de ellos. No pretende dar respuestas definitivas, sino abrir preguntas: ¿Quién soy cuando no cumplo mis propias expectativas? ¿Puedo aprender a tratarme con más cariño? ¿Y si aprender también es equivocarse?
“El club de los raros” de Jordi Sierra i Fabra
- Edad recomendada: 12+
- Temas: Identidad, presión por encajar, exigencias escolares.
- Por qué leerlo: A través del humor y la crítica social, el libro muestra cómo los adolescentes se sienten presionados por los estereotipos y por rendir académicamente. Invita a cuestionar normas rígidas. La propia historia del autor puede ser un gran ejemplo.
La lección de August de R.J. Palacio
- Edad recomendada: 12+,
- Por qué lo recomiendo: En esta etapa, las emociones se complejizan, y esta versión resalta más el tema de la empatía hacia uno mismo y los demás. Es el primer libro de la siguiente colección.
“Colección Wonder” de R.J. Palacio
- Edad recomendada: 12+
- Temas: Autoaceptación, presión social, empatía, perfeccionismo emocional.
- Por qué leerlo: Es toda la serie de la misma escritora. Distintos casos y perspectivas. Aunque los protagonistas no sean autoexigente en el sentido clásico, las historias abordan cómo los adolescentes sienten que deben “encajar” o ser “mejores” para ser aceptados. Muy útil para hablar sobre la autoimagen y el juicio hacia uno mismo y hacia otros.
- Valor terapéutico: Ideal para ayudar a flexibilizar la autoimagen y fomentar la autocompasión.
Los días que nos separan de Laia Soler
- Edad recomendada: 15+
- Temas: Idealismo, culpa, responsabilidad emocional.
- Por qué leerlo: La protagonista lucha con emociones intensas y una exigencia emocional de “hacer lo correcto”. Muy adecuado para chicas que tienden a cargar con la responsabilidad emocional del entorno.
El arte de ser normal de Lisa Williamson
- Edad recomendada: 16+
- Temas: Identidad, perfeccionismo, aceptación personal.
- Por qué leerlo: Aunque el foco está en la identidad de género, el trasfondo emocional toca la autoexigencia de “ser lo que los demás esperan” y la lucha interna por permitirse ser uno mismo.
Eleanor & Park de Rainbow Rowell
- Edad recomendada: 16+
- Temas: Amor, expectativas familiares, inseguridad.
- Por qué leerlo: Ambos protagonistas lidian con entornos que les hacen exigirse demasiado: Park con la necesidad de ser “perfecto” para sus padres, Eleanor con una constante sensación de no ser suficiente.
Si buscas algo más simbólico o literario:
El curioso incidente del perro a medianoche de Mark Haddon
- Edad recomendada: 15+
- Temas: Rigor lógico, rutina, presión interna, ansiedad.
- Por qué leerlo: El protagonista, Christopher, tiene una forma de pensar extremadamente lógica y exigente. Es una excelente excusa para hablar sobre rigidez, flexibilidad y cómo entender mejor las emociones.
En resumen, si buscas…
- Algo tierno, fácil de leer y útil desde los 12: Wonder o El club de los raros.
- Una historia emocional y profunda para 14-16: Los días que nos separan.
- Un libro potente para trabajar emociones desde la narrativa simbólica: El curioso incidente del perro a medianoche
Tanto si lo lees solo/a como en familia, deseamos que este recorrido sea un respiro en medio de tanta exigencia, y un paso hacia una forma más amable y realista de crecer.
¿Hay algún otro libro que recomendarías? Cuéntanos tu opinión.